Biografía
Gracias por llegar hasta aquí. Si has pinchado en el enlace eso es porqué quieres saber algo de mí, así que lo primero que tengo que hacer es pedirte perdón, porque seguro que esperabas algo más…
Hay 3 sitios donde es fácil encontrarme: en un escritorio cocinando, en el sofá escribiendo y en la cocina viendo la tele. Espera, me estoy liando. Te explico:
Me gusta la televisión. Me gusta verla y me gusta hacerla. De hecho, allá por el 2002 tuve la suerte de entrar a trabajar en la tele local veterana de Burgos y, aunque he dado vueltas por más sitios, ahí sigo. Hago lo que me gusta y donde me gusta, porque dedicarte a contar cosas de tu tierra siempre es un placer.
Lo de escribir… Yo tengo mucho mundo interior, que es más barato que el exterior y se controla mejor la temperatura. Al menos, en «mis adentros» no sube el IPC ni nada. El caso es que, como las sesiones de un psicólogo están por las nubes, me da por escribir y soltar todo lo que llevo dentro. A veces escribo sólo para mi y otras me da por compartirlo. Y no me vengas con – venga, comparte todo, lo que escribes solo para tí también – porque no lo voy a hacer (gratis).
Y luego está lo de la cocina. Debo ser un tipo extraño pero a mi cocinar me relaja. Quienes han tenido la suerte, ¿qué digo la suerte? el inmenso privilegio de haber cocinado conmigo, tienen claro que cocinar me relajará a mi pero a ellos les estresa. Debo confesar que sí, que la cocina es mi espacio y no lo comparto. Quién quiera comer, que espere fuera.
Como premio por haber leído todo lo anterior, voy a confesar algo que no he dicho nunca. Es un secreto secretísimo que he decidido relevar aquí y ahora, para sorpresa de propios y extraños: el sentido del humor es mi lenguaje materno. Lo sé, lo sé, ¿Quién se lo podía imaginar? Pero a veces es bueno decir en voz alta (o en texto alto) cosas de estas. Me siento más ligero.